Escuela de Filosofía
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Item El concepto de cuerpo en la fenomenología de Husserl(Universidad Industrial de Santander, 2006) Caballero Rincón, Sergio Andrés; Jaramillo-Mahut Ramirez, Monica MarcelaLa fenomenología reivindica el concepto de cuerpo desde una perspectiva doblemente diferenciada: de un lado, como cuerpo objetivo material, que carece por completo de vida psíquica; y de otro lado, como cuerpo sensitivo o animado, caracterizado por el flujo incesante de vivencias personales e intersubjetivas. Es en este segundo sentido que el cuerpo fenomenológico o cuerpo propio cobra una nueva y especial significación frente a los conceptos de realidad y actitud natural y frente a la conciencia como conciencia de algo, porque el sentido de lo inmanente, frente al sentido de lo trascendente, se determina a partir del cuerpo como punto central de la orientación. Entonces, toda experiencia del cuerpo y por supuesto de la conciencia, en relación con el mundo, es decir, en relación con el entorno, se modifica cuando se reconoce el valor de la epoché como el ejercicio de suspensión de todo juicio frente a lo dado en actitud natural como evidente por si mismo. Este cambio de actitud precedido por la epoché, revela un nuevo mundo en el cual la experiencia con otros seres se transforma desde una experiencia positivista hacia una vivencia ética en la cual el otro representa un sujeto psicofísicamente análogo a mi. Justamente, desde la perspectiva del cuerpo propio es posible <> y es posible avistar el alcance de la propuesta husserliana de fundar una fenomenología de la corporeidad.Item El concepto de tiempo como extensión del alma en San Agustín(Universidad Industrial de Santander, 2006) Núñez Fajardo, José Hermes; Silva Rojas, AlonsoAsí como es propia de Dios la eternidad, la criatura tiene también un modo de existir, y dicha existencia sólo puede darse en el tiempo; y ya que es temporal, su origen se encuentra marcado por un acto de amor de Dios, quien lo crea y lo ubica en un paraíso, tal y como lo narra el libro del Génesis en la Sagrada Escritura. Allí el hombre, compuesto por una materia mudable y un alma racional, realiza sus primeros actos de voluntad, que lo dotan de una libertad, entendida como libre albedrío. Por otro lado, en tanto que Dios permanece eternamente en un estado de quietud, la criatura mudable, por su parte, demuestra con su permanente cambio que no es eterna y que por ende, ha sido creada. La materia de la cual fueron hechas las criaturas carecía de forma y allí donde no hay una forma establecida, tampoco hay posibilidad de cambio; por lo tanto, no existe aun el tiempo, que marca con su ir y venir, el paso de un estado a otro. De tal manera, que en el momento, en que la materia recibe forma, allí surge el tiempo. Al ser una realidad la existencia del tiempo, éste sólo puede ser medido por el alma, pero sólo puede medir “el instante” o “presente”, que es captado por ella. De tal suerte que, mientras el tiempo físico se escapa permanentemente, al alma le queda tan sólo aquello del presente que haya captado y con él realiza un acto interno de medición, gracias a las potencias o facultades que hay en ella. Por tal razón, afirmar que el tiempo es una extensión del alma, entraña un problema, si como se ha visto, este surge en simultaneidad con las criaturas; y el alma, es, precisamente, una de ellas.Item La posibilidad de un progreso ilustrado de la humanidad a la luz del pensamiento kantiano(Universidad Industrial de Santander, 2007) Contreras Villamizar, Yadira; Silva Rojas, AlonsoEl progreso kantiano es dado en tres sentidos: moral, político y cognoscitivo. Se refiere al dominio de sí mismo, a determinar la voluntad para actuar por deber con lo que se alcanza la virtud, y la autonomía como subordinación de las pasiones a la razón, y a la formulación de fines que contribuyen al perfeccionamiento. Fines como la propia perfección, y el establecimiento del derecho basado en una constitución, que ponga fin a la guerra por medio de leyes regulativas, que velen por la libertad y la seguridad de los miembros de la sociedad. Para alcanzar la paz Kant propone una confederación de Estados o unión de naciones con un derecho cosmopolita, con el fin de regular las relaciones interestatales, y dar lugar a una sociedad mundial pacifica. Ahora bien, tal progreso es posible pero es dado parcialmente, paso a paso a través de la historia, debido a que el pensamiento debe estar en interminable evolución. Y a que tal avance es difícil de alcanzar y doloroso; para lograrlo el hombre debe vencer su tendencia a permanecer placidamente bajo sus instintos, y encaminarse a su perfeccionamiento, fin que una buena educación puede posibilitar, suministrando al hombre bases necesarias para emanciparse.