Aristóteles el concepto de felicidad en la ética a Nicómaco

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2013
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Universidad Industrial de Santander
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Este trabajo muestra la relación entre virtud y justicia, las cuáles al ser virtudes que debe poseer el político para ser buen ciudadano, tiene la obligación y el deber de enseñarlas para que cada individuo ejerza bien su función y conlleve al bien común de los integrantes de la polis. Ahora bien, el político virtuoso al diferenciarse de los demás miembros de la polis por sus acciones y elecciones, tiene la capacidad de regular bien los bienes y en la medida de lo posible administrarlos adecuadamente, por lo cual, al ser un ciudadano y hacer parte de una asociación que va en vista de algún bien. De esta forma el político al actuar siempre por su naturaleza racional conoce y comprende las virtudes del alma, lo cual le sirve para educar y ordenar la polis, esto conlleva a que legisle, ordene y haga cumplir las leyes. Por consiguiente, el político al tener claro que la felicidad es una actividad del alma, debe representar y reflejar a la polis, de la manera más adecuada y correcta. Así mismo mostrar, cómo el alma irracional al participar también de la razón debe estar subordinada a ésta y buscar el justo medio entre los excesos y el defecto. En síntesis, el único que puede denominarse temperante y justo es el político, debido a que realiza su función buscando siempre el justo medio. Sin embargo, aunque busca una felicidad perfecta no puede llegar a su realización debido a que puede caer en los excesos o el defecto y buscar el interés propio y no el que beneficie a la comunidad.
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Keywords
Aristóteles, Ética, Justicia, Temperancia, Virtudes, Felicidad.
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