El ideal del progreso en la "filosofía positiva" de Augusto Comte: fe en la ciencia para una religión de la humanidad.
No Thumbnail Available
Date
2024-02-25
Authors
Advisors
Evaluators
Journal Title
Journal ISSN
Volume Title
Publisher
Universidad Industrial de Santander
Abstract
El presente trabajo de grado estudia el problema del progreso desde la relación ciencia- sociedad postulada por Augusto Comte en sus obras: Curso de filosofía positiva (1830) y Discurso sobre el espíritu positivo (1844). Comte quién vivió en Francia en los siglos XVIII Y XIX, período que él mismo denominó como negativo, postuló su filosofía positiva como un proyecto filosófico de reorganización de las ciencias para lograr un conocimiento público de sus descubrimientos e investigaciones, una educación científica que posibilitara una reconstrucción en Francia tras la revolución de 1789, todo un proyecto que más tarde se desarrollaría ideológicamente como positivismo y que junto con su posterior religión de la humanidad consolidan su ideal de progreso.
Así mismo se problematiza la relación entre la idea de progreso positivo (es decir, el progreso como la naturaleza inevitable de la historia de la humanidad) y entre el ideal de progreso de su espíritu positivo (es decir, el progreso como finalidad de la transformación social desde el orden científico) ambos en un reflejo- reflejante. La filosofía positiva Comtiana resulta siendo un proyecto social de ordenamiento científico, en el que el ser humano asume un espíritu retrogrado, de ensoñación y engaño bajo la confrontación a lo negativo por lo positivo, al tiempo que deposita en lo positivo toda suerte de valores y en las investigaciones científicas devota fe. En oposición a un espíritu positivo para la ciencia este trabajo propone un espíritu reflexivo: un espíritu que pregunte con más rigurosidad antes de responder con religiosidad, que su preguntar sea sabiduría antes que frenesí de verdad, transvalorando las ideas de progreso, desarrollo e incluso evolución para asumir una actitud reflexiva antes que positiva, por una actitud dispuesta siempre a preguntarse con asombro sobre el ser de los fenómenos antes que las leyes de su invariable determinación.