Especialización en Ginecología y Obstetricia
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Browsing Especialización en Ginecología y Obstetricia by browse.metadata.evaluator "Parra, Carolina"
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Item Disfunción sexual en gestantes que cursan con embarazo de alto riesgo atendidas en el Hospital Universitario de Santander. 2024(Universidad Industrial de Santander, 2024-08-09) Meza Agudelo, Ricardo; Guarín, Rocío; Parra, CarolinaLa sexualidad es un aspecto central de la calidad de vida de la mujer y es reflejo del nivel de bienestar físico, psicológico y social [1]. Incluye el conocimiento e identificación de sí misma, la manera de relacionarse con su pareja; sus necesidades de amor y afecto, además del proceso de reproducción y maternidad [2]. El embarazo juega un papel importante en la función y comportamiento sexual de las mujeres explicado por la gran carga hormonal, cambios emocionales que pueden modificar los estilos de vida e incluso la percepción de la propia imagen, lo que termina por modificar la expresión de la sexualidad y el comportamiento sexual de la gestante. En numerosos estudios realizados a nivel mundial se ha documentado un aumento en la frecuencia de disfunción sexual durante el embarazo y por ello se cree que la gestación es un facilitador de trastornos sexuales. Si bien los resultados de estos trabajos son variados, muestran un porcentaje nada despreciable de pacientes que durante su embarazo presentaron algún grado de disfunción sexual. A nivel internacional, el estudio realizado por Leite y colaboradores en población gestantes del Brasil, demostró que la disfunción sexual (evaluada a través del índice de función sexual femenino) aumenta a lo largo del embarazo, los porcentajes de disfunción sexual femenina en los tres trimestres fue 46,6, 34,2 y 73,3%, respectivamente [3]. A nivel local la Dra. Orostegui estableció la incidencia de disfunción sexual en 50 gestantes de bajo riesgo obstétrico según los trimestre, siendo 55% en primer trimestre, 55% en segundo trimestre y 54 % en el tercer trimestre [4]. La disfunción sexual femenina ha sido ampliamente estudiada en numerosos grupos etarios y en condiciones clínicas diversas, sin embargo, en gestantes de alto riesgo existen pocos trabajos reportados en la literatura. Lo anterior se ve reflejado en que los estudios disponibles donde se evalúa la función sexual durante el embarazo se centran en gestantes de bajo riesgo o sin ninguna comorbilidad asociada, siendo esto último, un frecuente criterio de exclusión a la hora de implementar las herramientas de evaluación. Por esta razón, es importante generar conocimiento actual que describa la función sexual en esta población y con ello sentar bases que permitan dilucidar las variaciones a las que se enfrenta una mujer al ser diagnosticada con un embarazo de alto riesgo y poder brindar un mejor acompañamiento a las usuarias de los servicios obstétricos de mayor complejidad y en los que el ginecólogo debe desenvolverse diariamente. El índice de función sexual femenino es una herramienta confiable (ver apartado 4.8 “índice de disfunción sexual femenino) y validada en múltiples contextos y en un amplio rango de edad; es fácil de aplicar incluso se puede auto administrar. Consta de 19 preguntas de selección múltiple y se agrupa en seis dominios: deseo, excitación, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor; cada pregunta tiene 5 o 6 opciones de respuesta, asignándoles un puntaje que va de 0 a 5. El puntaje de cada dominio se multiplica por un factor y el resultado final es la suma aritmética de los dominios. A mayor puntaje, mejor sexualidad. Esta herramienta de tamización ha sido validada para su uso en gestantes a nivel nacional como se consigna en el estudio de Vallejo y colaboradores [5].